Inma Lorente. Evolución hacia la felicidad

Inma Lorente. Evolución hacia la felicidad

miércoles, 29 de enero de 2014

NUESTRAS EMOCIONES SON NUESTRAS ENFERMEDADES

Desde que somos niños escuchamos que nuestras abuelas les decían a nuestros padres, “no te enojes, no te preocupes tanto… eso te va a hacer daño”. Cuando fuimos creciendo llegamos a pensar que esas palabras eran un mito o una creencia de personas desinformadas. Sin embargo, actualmente tenemos información científica que apoyan estos sabios comentarios.



El Psicólogo Robert Ader realizó un estudio en la Facultad de Medicina y Odontología de Rochester en donde descubrió que el Sistema Nervioso es importantísimo para el Sistema Inmunológico (o de defensa del cuerpo), y que ambos se relacionan profundamente haciendo que la mente, las emociones y el cuerpo, estén íntimamente comunicados. También se descubrió que las emociones negativas como la ira, la depresión, la ansiedad y el estrés tienen importancia médica, ya que mientras se padecen, se liberan una hormonas y otras sustancias llamadas catecolaminas (epinefrina, norepinefrina, también llamadas adrenalina y noradrenalina) cortisol, prolactina, beta endorfinas y encefalina, y que entre más tiempo se secretan éstas en el organismo, más se deteriora la función del aparato inmunológico y entonces el organismo es más susceptible de enfermarse. Aunque se ha insistido en que estos temas deben seguir siendo estudiados.

En otro estudio se descubrió que estar expuesto a la ansiedad crónica, prolongados períodos de tristeza y pesimismo, tensión continua, hostilidad, cinismo o desconfianza incesante, trae doble riesgo de contraer enfermedades como: Asma, artritis, dolores de cabeza, úlceras pépticas, y problemas cardíacos y por eso estas emociones negativas, son una importante amenaza para la salud.

En otro estudio realizado en la Facultad de Medicina de Stamford, se descubrió que la ira parece ser la emoción que más afecta al corazón, ya que disminuye la eficacia de bombeo de éste. Por supuesto que no es sólo el factor de la ira el que puede provocar un infarto, sólo que es uno de los factores que definitivamente, lo predisponen.

Sin embargo, también se descubrió que es la hostilidad la emoción que más pone en situación de riesgo a la gente: esto incluye ser tratado con desconfianza, con cinismo, comentarios despectivos y con ataques de ira.

La ansiedad es la perturbación emocional provocada por las presiones diarias de la vida y que se puede traducir en la preocupación por las cosas que nos podrían pasar y que hasta ese momento no son reales. Por su puesto esto produce estrés, con todas sus consecuencias.

Incluso en un estudio publicado en Archives of Internal Medicine, realizado por el Psicólogo McEwen, de la universidad de Yale, señaló que una anomalía o deficiencia de la función inmunológica (o del aparato defensa del organismo) puede acelerar la metástasis del cáncer y aumentar la vulnerabilidad a las infecciones virales, acelerar la arterioesclerosis (enfermedad de las venas y las arterias del cuerpo que trae como consecuencia muchas enfermedades) y la coagulación sanguínea que provoca el infarto del miocardio, también acelera el inicio de la Diabetes mellitus tipo 1 y 2 y el agravamiento de los ataques de asma. Se descubrió que el estrés puede provocar úlcera gastrointestinal y colitis ulcerosa.

Por último, un estudio realizado por el psicólogo Sheldon Cohen, de la Universidad de Carnegie-Mellon University, en una Universidad en Shelffield Inglaterra, descubrió que la hostilidad crónica y los episodios repetidos de ira parecen poner a los hombres en riesgo de enfermedad cardíaca; y que las enfermedades mortales para las mujeres pueden ser la ansiedad y el temor. Además que cuando se padece por mucho tiempo el estrés, también puede ocasionar pérdida de memoria.

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