En esta oportunidad vamos a hablar sobre las sustancias presentes en los
artículos que usamos cotidianamente que atentan contra nuestra salud. Comenzamos
con el flúor, el cual se ha vendido a diestra y siniestra bajo el pretexto que
fortalece los dientes, mas lo que no cuentan es que debilita la dentadura por
dentro, volviéndola a larga quebradiza, eso además de causar osteoporosis, dañar
los riñones y músculos.
Pese a las dosis mínimas de flúor encontradas en pastas de dientes e
inclusive en el agua, alimentos procesados, es de notar
que los efectos dañinos vienen a manifestarse a largo plazo. El flúor está
catalogado como veneno para ratas. El flúor es responsable de la supresión de la
producción de melatonina por la glándula pineal, sustancia que se genera durante
el sueño y que responsable de protegernos contra los procesos cancerígenos, de
ahí que el flúor también sea causante del cáncer. Asimismo, el flúor acelera el
proceso de envejecimiento.
Hitler usó el flúor en el agua para apaciguar a la población en los
territorios ocupados, menos en Alemania. China lo usa para control de la
natalidad. El interés gubernamental en el uso del flúor radica en contener a una
población dócil, zombi que no haga preguntas y no demande nada. El flúor está
presente en medicamentos como Prozac, en sartenes antiadherentes como el teflón,
en el agua embotellada.
¡En otras palabras, no confíes en el flúor para fortalecer los huesos y
evitar las caries!
Pasemos hablar sobre otra sustancia, el mercurio, un metal pesado que se usa
perniciosamente en vacunas, empastes y amalgamas para rellenos dentales. Las
amalgamas liberan enormes cantidades de vapor de mercurio que se acumulan en la
mandíbula, el estómago, los riñones, el hígado, en casi todos los órganos
acumulativamente, reduciendo – por ejemplo – la capacidad de los riñones para
limpiar insulina drásticamente, lo cual produciría diabetes.
Es interesante notar que la Asociación Dental Americana, desde 1976 patrocina
y es dueña de la patente de las amalgamas con alto contenido de cobre que libera
con mayor rapidez el vapor de mercurio provocando debilitamiento del sistema
inmunológico con lo que facilita que cualquier enfermedad se propague con mayor
rapidez hasta volverse crónicas y también modifica la estructura del ADN de las
células.
Aparte de las amalgamas, el mercurio se halla presente en las vacunas
(timerosal), pesticidas, en el pescado – el cual por cierto presenta altos
niveles junto con otros elementos tóxicos como el cadmio. Existe una elevada
probabilidad de que los niños se tornen autistas al recibir vacunas con
timerosal.
Descubre a fondo más detalles sobre estas sustancias perniciosas para nuestra
salud presentes en nuestro día a día, cómo prevenir y hacerle frente.
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